Piensen en una habitación cerrada, cerrada por un año, cuando vas hay olor a humedad, a cosas cerradas. Una Iglesia cerrada es lo mismo, es una iglesia enferma. La iglesia debe salir de sí misma hacia las periferias existenciales, Jesús nos dice vayan a todo el mundo, prediquen, den testimonio del evangelio. Pero que sucede, si uno va fuera de si mismo, puede pasarle un accidente, como a cualquiera que sale de su casa. Prefiero mil veces una iglesia accidentada que una iglesia enferma por estar cerrada. Piensen también en aquello que dice el Apocalipsis, es una cosa linda que Jesús está a la puerta y llama para entrar en nuestro corazón. Pregúntense cuántas veces Jesús está dentro, toca la puerta para salir fuera y nosotros no le dejamos salir por nuestra seguridad, porque estamos cerrados en estructuras caducas que solamente nos sirven para hacernos esclavos y no hijos libres de Dios.
Es muy importante ir al encuentro, el encuentro con los otros, porque la Fe es un encuentro con Jesús y tenemos que
hacer lo mismo, encontrar a los otros.
Vivimos en una cultura del desencuentro, de la fragmentación, una cultura del
no me sirve, del descarte.
Tenemos que ir al encuentro y tenemos quehacer con la Fe una cultura del encuentro, una cultura de la amistad, una
cultura en la que encontramos hermanos
y podemos hablar con aquellos que no piensan como nosotros, que tienen otra Fe. Pero no se les olvide que todos son hijos de
Dios, hacer el encuentro con ellos sin negociar nuestra pertenencia.
Después de leer ir a la Página principal
No hay comentarios:
Publicar un comentario